Entra la aurora en el jardín; desp… los cálices rosados; pasa el vient… y aviva en el hogar la llama muert… cae una estrella y raya el firmame… canta el grillo en el quicio de un…

A la materna Tierra que cintila en la informe tiniebla, cual pupil… de leopardo, le pedí la fuerza pánica de cantar su alma dispersa. Pues poeta cosmógrafo con sabia

No el laborioso hierro que en el c… labra inmortalizada despedida grabará el nombre oculto que emanc… con vida oculta de postrera vida. Lápida sin leyenda me anticipo,

Vuelve la vagabunda luna al cielo, vuelve a la rama la temprana flor, al dolorido ser vuelve el consuelo y del consuelo en pos vuelve el do… Vuelve la nave de latina vela

Cuando en las fiestas vago en el s… desde las tierras altas la mirada de albatros tiendo a la ciudad car… de hombres, la lado del Estuario t… Como en una visión de grandes vall…

Tranquilo y majestuoso río ha sido mi Silencio en que nace mi labor como un nenúfar; y el mejor favor que me concedo es el pasar sin rui… Y un igual sentimiento hay en mi a…

Fin he puesto al tumulto pasionari… La tormenta sombría de mi alma se aclara en una inmarcesible calm… Y aquí estoy: ¡para siempre solita… ¿Esto es lo inevitable? ¡No! Yo h…

Cargado tengo de riqueza sorda el cerebro confuso y populoso, que de conocimiento se desborda, inconsciente en su impulso generos… La multitud de libros son el parqu…

Cuando nuestro silencio se deshoje como en ociosa mano un crisantemo, ya no será mi voz esa que escoge para decir su angustia el bien sup… Y si otra vez en esta vida blanca

¿Qué es esto? Ayer no más árbol d… Y seco, abandonado, inmóvil, mudo. De nuevo al cielo azul joven te el… Pomposamente lleno de hojas nuevas… Y aquellas ramas rotas que tenías,

Si la muerte es final, total olvid… el alma, en ese sueño no sentido, nada es, pues no sabe que ha vivid… nada, pues de sí misma está vacía. O, acaso, sombra es de lo que ha s…

Quien tenga algún secreto engaño p… la compasión de la escondida vida, quien ame de apacible amor la impl… y un austero retiro rememore que a la fidelidad que no perece

Manos arbitradoras de destino, que ahora entrelacé sobre mi pecho como es de arrepentidos el derecho… sobre vosotras la mirada inclino. Nunca os había visto, manos mías,

Será una tarde gris y suave como todas las otras tardes que se ven, con su poco de sombra, con su asom… de tristeza... ¿por quién? Y nada bello habrá de nuevo, nada:

Entro a mi casa fatigado bajo la ley del diario y mísero trabajo que seca la espontánea flor del po… de ensueño... ¡Y siempre así!...… a lo más puro y libre de mi ser,