Los negros cabellos Al viento tendidos, Los ojos hundidos, Marchita la tez, Hoy llora humillada

¡Reina en el cielo, Sol! reina e… Con tu almo fuego mi cansado pecho… Sin luz, sin brío, comprimido, est… Un rayo anhela de tu ardiente llam… A tu influjo feliz brote la grama,

Cánticos de tus vírgenes sagradas, que de tu amor proclaman las dulzu… son esas voces que, de unción colm… llegan al corazón graves y puras. Tu soberana mano ¡Ser eterno!

¡Detente, viento del Norte, Que el crudo invierno desata! No más impelas las nubes, Velando del sol la llama, Ni del árbol ya desnudo

Es grata al caminante en noche frí… La alegre llama del hogar caliente… Grata al que corre bajo el sol ard… La fresca sombra de arboleda umbrí… Grato, como dulcísima armonía,

¡Oh tú, del alto cielo, Precioso don al hombre concedido! ¡Tú, de mis penas íntimo consuelo, De mis placeres manantial querido! ¡Alma del orbe, ardiente Poesía,

Suspende, mi caro amigo, tus pasos por un instante: no está la ermita distante, y apenas las cinco son. Ven a admirar —bajo el toldo

Bástete, o Francia, la gigante gl… Con que llenó tus ámbitos el hombr… Bástete ver en la brillante histor… Unido al tuyo su grandioso nombre: Bástete el monumento soberano

¡Mágico nombre que el mortal adora… Sueño feliz de encanto y de ilusió… Tú, cuya luz al porvenir colora, Tú, cuyo aroma embriaga al corazón… Supremo bien que el cielo bondados…

centered¡Sol del que triste vela! centered¡Astro de lumbre fría, Cuyos trémulos rayos, de la noche Para mostrar las sombras solo bril… centered¡Oh, cuánto te semejas