The King and His Court, by Edward Burne-Jones
Arturo Borja Pérez

Arturo Borja Pérez

Arturo Borja Pérez, (n. Quito, 1892 - f. Ibídem, 13 de noviembre de 1912) fue un poeta ecuatoriano, perteneciente al movimiento llamado “La Generación Decapitada” y el primero del grupo en despuntar como modernista. Es muy escasa su obra artística pero suficiente para determinar la calidad de poeta: una corona de veinte composiciones forma el libro titulado La flauta de ónix, y seis poemas más; obras que fueron publicadas póstumamente. Se suicidó en la ciudad de Quito, el 13 de noviembre de 1912, contando apenas con 20 años de edad.

Arturo Borja Pérez, (n. Quito, 1892 - f. Ibídem, 13 de noviembre de 1912) fue un poeta ecuatoriano, perteneciente al movimiento llamado “La Generación Decapitada” y el primero del grupo en despuntar como modernista. Es muy escasa su obra artística pero suficiente para determinar la calidad de poeta: una corona de veinte composiciones forma el libro titulado La flauta de ónix, y seis poemas más; obras que fueron publicadas póstumamente. Se suicidó en la ciudad de Quito, el 13 de noviembre de 1912, contando apenas con 20 años de edad.


Ofrenda de rosas

(A Arturo Borja)

Recuerdo que te hallé por mi camino
como un Verlaine aún adolescente,
¡y daba el signo de un fatal destino
tu alma de estirpe lírica y ardiente!

Y ambos fraternizamos; que tus rosas
para todas las almas entreabrías,
¡haciéndote en las horas humildosas
dueño de todas las melancolías...!

Quién volviera a tus ojos, en ofrenda,
la vida humilde que suspira y canta,
como el Rubí de manos de leyenda
que antaño dijo a Lázaro: ¡Levanta!

Evoco el sueño juvenil de un día
que, en el Claustro del Arte bien sentido,
matamos la viril hipocrecía,
y laboramos lentos el gemido.

Y ahora la luna de tu sistro agrestre,
al visitar nuestro santurario frío,
da su color de lágrima celeste
en el cristal de tu crisol vacío...

¡Adiós, fuente de lánguido quebranto!,
que volvías un Fénix mi rosal,
¡encantando las rosas sin encanto
cuando el encanto huía con el mal!

¡Adiós, fuente de lágrimas cantoras
que halagaron el viaje juvenil!;
de la angustia de Abril refrescadoras
como lluvias caídas en Abril...

Duerme y reposa; que quizás es bueno
sólo el sueño sin sueño en que caíste,
¡la flor de espino y el laurel de heleno
entremezclados en tu frente triste!

—Humberto Fierro


Feliz tú, hermano mío

(Al espíritu fraternal de Arturo Borja)

Poeta, hermano mío,
que como yo sufriste,
el frío del vacío
y la grandeza triste
de saberte una nube en prisión de rocío;

tu buen hermano en lira,
en rosa, azul y luna
que inspira la mentira
de la verde laguna,
sabe envidiar tu suerte porque tu suerte admira.

Lloro tu vida breve
por lo que dado hubieras,
pero la leve nieve
de tus quimeras
en nube se transforma y desde lo alto llueve.

Poeta, hermano mío,
ya no estarás más triste,
ni el frío del vacío
sentirás que sentiste...
Ya no eres una nube encerrada en rocío;
después de que partiste
tu lluvia se hizo un río
que da savia a tu rosa y a tu bulbul alpiste...
¡Feliz tú, hermano mío!

—Alejandro Sux




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