Te conocí como casualidad,
Acontecimiento no esperado,
Y de sorpresas me fuiste llenando.
Congeniamos y reímos desde el primer día,
nos conocimos tal cual somos, sin mentiras.
Te fuiste ganando mi corazón, y yo el tuyo,
Y dejando el dolor en el olvido, abrí las puertas de mi alma hacia una nueva aventura.
¡¿Qué me has hecho amor mío?!
Te fui volviendo mío sin saber que tú desde el principio ya me habías vuelto tuya,
Me cautivaste, me atrapaste, me enredaste en tu sinceridad
Alejándome de la sombría soledad
En la cual mi cuerpo se fundía.
Sola e incomprendida de la vida,
Seducida por la mala rutina,
Malos hábitos y rota por tiranías,
Me salvaste del derrumbe, me salvaste de mi misma.
¿¡Qué me has hecho amor mío?!
¿Cómo ha sido que mi corazón se acelera por tus besos y ya no por el vuelo de la mala vida?
¿Cómo explicas que tu calor ya me es suficiente? ¡Qué va! Necesario es ahora.
¿Cómo le hiciste para callar los demonios que atrapaban mi alma, que la ahogaban?
¿Cómo le hiciste para silenciar las voces que mi mente carcomían?
Es en tí que encuentro amor y paz, dulce armonía, sueños en calma, ilusión por la vida, alegría donde no la había.
¿¡Cómo le hiciste amor mío?!
¿De dónde salió la llave que le quitó el candado a mi corazón?
¿De dónde logras dibujar sonrisas, aliviar el dolor?
Me abriste, me leíste, me descubriste como cuando hayas elemento hermoso, vulnerable y poco manejable.
Me has penetrado al fondo de mi ser sin herirme, me has probado sin saber el veneno que bajo mi ser guardaba.
Demonios ocultos bajo locuacidad aparente,
Pesadillas aflorando en piel candente,
Traumas y heridas sangrando sin precedente,
Pues me abriste y mis tragedias afloraste, pero bien las calmaste con un beso sedante, un abrazo apaciguante, dulces palabras tranquilizantes.
¿Qué me hiciste, entonces, amor mío?
Me enseñaste el amor sincero, el cariño desinteresado, preocupación genuina, apoyo incondicionado.
¿Qué me hiciste?
Me recordaste lo que amar era para mí, antes de ser destrozada.
Me rearmaste sin instructivo, sin jugar, arriesgándote juntaste las piezas, y las pusiste en su lugar.
Me envolviste de ese calor que ya no sentía más. ¿Qué me hiciste?
Me devolviste la felicidad.