Seca esta la hoja del otoño,
no llega la primavera en mi interior,
–¿Quizás ella no la trajo?– no es cierto,
estuvo cerca mi mano y no la tuvo,
mis labios rosaron su labios pero no la besaron.
—¿Tan cerca estuvo para no saciar mi sed de ella?—
la sentía tibia y a la vez fría,
mi día no terminaba con su noche,
y en su noche mi luna no brillaba con su estrella.
–¿Mi rose entro en su interior?– quizás moría al verla,
y al morir mi amor hacia ella;
cuan aún cerca mi aura la amaba,
cada beso que le daba me rechazaba.