#EscritoresVenezolanos
Siete caballos, como traílla, sin rienda ni silla, por siete caminos vienen en tropel… como una traílla de grandes mastin… espesos de espumas, de nervios, de…
Es el Capitán del Río; viejo zorro dormilón, viejo Neptun… con ese dolor de eternidad de los que se salvaron del Diluvio En la playa candorosa
Bólido entre dos aguas, gota de te… gato de agua –el alma de algún gat… o más bien un rayo que cayó una no… y cuando iba hacia el fondo, se pa…
Al hombre mozo que te habló de amo… dijiste ayer, Florinda, que volvie… porque en las manos te sobraban fl… para reírte de la Primavera. Llegó el Otoño: cama y cobertores
La última noche que pasamos juntos… lo preguntó: —¿Cuántas estrellas tiene el cielo… —Trescientas cincuenta mil. —¿A que no?
Ya rindió una jornada la fiebre de… y aún están los leones de mi numen… los músculos alertas para nuevos z… y firmes los pulmones para nuevos…
Dios submarino, Dios lacustre, Di… uno en el tritón y en la garza y en la dulce corbeta y el áspero… Dios del agua, Señor de la Casa d… Dios Marinero.
La diezmillonésima parte de un tiburón multiplicada diez millones de vece… El Caribe es la distancia más cor… que hay del Río a la Muerte.
Violento de armonía, en el tono de… llega el coro de las siete provinc… siete rostros adolescentes en las siete ventanas de las estrellas de la Autonomía.
¡Ah mundo! La negra Juana, ¡la mano que le pasó! Se le murió su negrito, sí, señor. —Ay, compadrito del alma,
Y ahora, vuelvo los ojos hacia la síntesis del Canto, hacia la barca del Pretérito, de parda vela y el bauprés sangrad… tu propia barca, donde tú venías,
Dijo el hombre a la Hilandera: a la puerta de su casa: —Hilandera, estoy cansado, dejé la piel en las zarzas, tengo sangradas las manos,
Murió de nuevo un día... yo la ama… mas sin remedio se murió ese día..… —¡Vuelve, Rabino, vuelve!...– yo… pero el Rabino rubio no volvía. Pasó la niña veinte siglos muerta,
Me das tu pan en tu mano amasado, me das tu pan en tu fogón cocido, me das tu pan en tu piedra molido, me das tu pan en tu pilón pilado. Me das tu rancho en tu palma arrop…
La sombra de una duda sobre mí se… cuando llega el arrullo de tu voz… miedo de conocerte; pero en el mie… pasión, que me parece que ya te he… Yo adiviné el misterio cantor de t…