Es el Capitán del Río;
viejo zorro dormilón, viejo Neptuno,
con ese dolor de eternidad
de los que se salvaron del Diluvio
En la playa candorosa
alza su boca abierta el Capitán del Río
como si fuera echando hacia los cielos
las almas de los que se ha comido.
Viejo zorro, compadre del filósofo,
¡sospechoso, como el lomo de un libro...!