Amor viciado.
De como el amor, así como el humo, se desvanece.
Y así, como una nota de piano, que se repite en un eco eterno pero decae viciada de tiempo hasta volverse un recuerdo.
Nacen y desvanecen, emociones atávicas, madres de mil poemas, tumbas también.
Se pasean en la mente, se desvisten en recuerdo y se van de gala en el olvido.