¡Ay de aquél! que solo ve La hermosura del ciprés ¡Ay de aquél! quien Alcanzando su cónica copa En ella no se detiene y

Aunque aún hoy no pueda verte Sigo fiel a tu recuerdo La esperanza no la pierdo Es mi deseo más fuerte ¡Sí, tú de mí, estás ausente!

Nubes me arropan flotando Y sigo mirando el Cielo Sin tener ningún consuelo El dolor me esta matando Con lo que me está pasando

Como Relámpago En noche De tormenta Iluminando

¡El dice! La pureza del amor eleva Más allá de lo infinito Y como tal no perece En el tiempo ha de perdurar y

Con un deseo y una flor A diario me despierto Quiero dársela con amor y Besándola sediento Oír sus gritos de placer

El hombre piensa Mentalmente procesa Siente el dolor Sangre gotea Su corazón se agrieta

Con la mujer adecuada Y por marco el deseado Pendiente de su mirada Desecho todo el pasado ¡Te amo a ti mi dulce amada!

Dime en que hospital estás prestan… Que me pongo enfermizo tan solo po… Todo lo que tenga yo y soy quiero… Te aseguro que en ti no veo desper… He de confesarte que solo tengo un…

Por una sola vez Tuve cerca tu corazón, Presentí que me sentías Y yo, también te sentí. Hice caso omiso a la razón

Delicada como el fino cristal Despertando al deseo del amor Ha de ser muy dichoso ese mortal Que reciba de ti todo el calor. Tu pureza es agua de manantial

Cuando en el mundo se acabe la mal… Cuando entre hermanos se dejen de… Cuando el sauce alcance su puberta… Y de su raíz se pueda separar ¡Tan solo entonces dejaré de soñar…

Y sabedor que fue hermoso Otras vivencias pasadas Con agrado recordadas Es tristemente penoso Que por no tener no tenga

¡Burbujas en los vientos! Que al impacto, de nobles sentimie… van tejiendo esos velos, en los que anidar, ingentes anhelo… ¡Son vientos que trasportan!

Sin ilusión y con cabeza gacha Anda por los desiertos de la vida Los recuerdos de su amada querida Su alma le castigan a golpes de ha… ¡Era tan hermosa aquella muchacha!