Sin ilusión y con cabeza gacha
Anda por los desiertos de la vida
Los recuerdos de su amada querida
Su alma le castigan a golpes de hacha
¡Era tan hermosa aquella muchacha!
Que en mujer alguna buscó cabida
¡Ya su corazón la dio por perdida!
Burlando su honor emprendió la marcha
Fue en el entorno lugar y momento
Que sin preverlo dio entrada aquel hombre
Al pariente que siempre estuvo atento
Quien robo al amor que le daba lumbre
A esa mujer que fue su complemento
Y a la que siempre elevó hasta la cumbre.