Fue la noche del verano, más calurosa.
Entrando por la ventana, ligera brisa,
me despierta olor, a sal marina, sin prisa;
pienso que así pasó, aun estando, algo dudosa.
¡Los ojos observan, mi posición graciosa!
Y tumbada en columpio, de altura imprecisa,
gaviotas vuelan, aflorando mi sonrisa
¿Estoy lúcida o, con la mente caprichosa?
¿Seguiré en mis sueños, dormida y complacida?
El Sol por el Este, besa al mar a lo lejos
y, entrando en mi habitación, su luz no querida,
Desperté a falta, de claridad y reflejos.
Cual gaviota, voló ese sueño, y yo afligida,
sigo en el faro, con anteojos complejos.
*
Soneto - Versos tridecasílabos