Con el pensamiento alborotado
Al amanecer de un nuevo día
Quiso relajarse frente al mar.
La niebla empañaba el horizonte
Cada segundo, grandes olas
Tragándose unas a otras
Llegaban al final de su camino.
Fue entonces, no sabiendo por que,
Se iluminó todo su espacio;
Se formó un círculo y dentro de él
Polvo de estrellas comenzó a caer.
Se dibujo un cuerpo de mujer
Perfecto, majestuoso y hermoso
Propio de un Miguel Ángel
Le rodeo el cuello con sus brazos
Y rozando la boca son la suya
Entraron otra dimensión
Y sus lenguas se arrullaron
Más... como los sueños, sueños son
En el momento en que despertó
No vio paya, ni mar, ni aquella mujer