#EscritoresMexicanos (1912) III- La Pensamientos afines amada inmóvil
Es preciso que tornes de la esfera… con los flavos destellos de la Lun… cual la momia de un mundo, de la a… es preciso que tornes y te vuelvas… y me des un refugio, ¡por piedad!,…
Tu amada muerta es como una prince… Su alma, en un total olvido de sí… Mas si tú persistes en quererla, Un día esta persistencia de tu amo… Su espíritu tornará a la concienci…
Y vi las sombras de los que fueron… en sus sepulcros, y así clamaron: «¡Ay, de los vientres que concibie… ¡Ay, de los senos que amamantaron!… II
¿Y por qué no ha de ser verdad el… ¿Qué trabajo le cuesta al Dios qu… el tul fosfóreo de las nebulosas y que traza las tenues pinceladas de luz de los cometas incansables
Para cubrir los peces del fondo, q… de frío, mis piadosas ondas se cri… y yo, la inquietuela, cuyo perenne… es variar, enmudezco, me aduermo,… ¡Ah! Tú no sabes como padezco nos…
Yo soy tan poca cosa, que ni un do… Mas tú, Padre, me hiciste merced… Ha un año que lo sufro, y un año y… por él en estatura espiritual, Señ… ¡Oh Dios, no me lo quites! Él es…
Yo canto al cielo porque mis linfa… hacen que fructifiquen las savias;… los sotos y las lomas por mí tiene… Nadie me mira, nadie; más mi corri… se regocija luego que viene primav…
¿Por qué permaneciste siempre sord… ¡Dios sabe cuántas veces, con amor… te busqué en las tinieblas, sin po… Hoy —¡por fin!—te recobro: todo, p… cierto...
Pasó con su madre. ¡Qué rara bell… ¡Qué rubios cabellos de trigo garz… ¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innat… de porte! ¡Qué formas bajo el fino… Pasó con su madre. Volvió la cabe…
Sol espledente de primavera, a cuyo beso, fresca y lozana, la flor se yergue, la mariposa viola el capullo, la yema estalla; sol espledente de primavera:
Tu cabellera es negra como el ala del misterio; tan negra como un ló… jamás, como un adiós, como un «¡qu… Pero hay algo más negro aún: ¡tus… Tus ojos son dos magos pensativos,
Mi alma es una princesa en su torr… con cinco ventanitas para mirar la… Es una triste diosa que el cuerpo… Y tu alma, que desde antes de mori… es un ala magnífica, libre de toda…
Hasta muriéndote me hiciste bien, porque la pena de aquel edén incomparable que se perdió, trocando en ruego mi vieja rima, llevó mis ímpetus hacia la cima,
La noche en que estaba tendida —hoy hace diez meses—era la noche última que iba a pasar en su casa, bajo nuestro techo acogedor. ¡En su casa, donde siempre había sido el alma, y la luz,...
Perdóname, Ideal, para que pueda irme en paz al venir mi última hor… Es tan dulce el perdón: ¡prerrogat… de los Dioses! Perdóname, Inmorta… “El que todo lo sabe lo perdona