Alexander José Villarroel Salazar

la excelente maestra

Era una maestra ejemplar
en impartir enseñanza
que se lograba ganar
de sus alumnos confianza.
Le gustaba estimular
a que fueran avanzando
y ayudaba a estudiar
a los que estaban fallando.

El esposo se enojaba
con ella siempre demasiado,
pues ella siempre trabajaba
de un modo muy exagerado.
Eses aspecto lo irritaba
y lo dejaba alterado
y él siempre la criticaba
por el tiempo dedicado.

Cuando llegaba a buscarla
la encontraba muy ocupada
y empezaba a regañarla
—no hubiese venido nada,
¿cómo es posible que estés
trabajando fuera de hora,
veinte minutos después
y tengas esta demora?.

—Me voy a perder el programa
que me gusta, el favorito
y entraba en una reclama
de carácter Infinito.

Ella solo se sonreía
diciéndole: –yo me iré luego,
yo con esta alumna mía
no estoy haciendo un juego.
Solo quiero que ella aprenda
a hacer las operaciones
y que de verdad entienda
sumas y multiplicaciones.

Y el hombre se enardecía,
y se molestaba con ella
que un gran trabajo hacía
como una maestra estrella.

No que se llamará así,
si no por su corazón
porque brindaba de si
ternura y dedicación.

El hombre la criticaba
por su manera de actuar,
pues de lo poco que ganaba
siempre solía comprar
las cosas que utilizaba
para a alumnos regalar
y a los más pobres les daba
sus útiles para estudiar.

Tanto así que un día compró
para uno... su bicicleta
y en el regalo invirtió
su quincena por completa.

Y el hombre la críticó:
tú te vives desgastando
y un día le preguntó
muy molesto que hasta cuando
iba a actuar de esa manera
que él era discapacitado
y que de una vez ella viera
que nada había logrado.

Ella dijo si he avanzado
me estiman en gran manera
y a mi muchos me han enviado
cartas bellas y sinceras.

¿Qué? ¿vas a comer con las cartas,
eso es lo único que esperas
no te das cuenta que falta
casi todo en la nevera?

Entonces Él descubrió
que en la bolsa ella traía
cuadernos que el les lanzó
llamándolos porquería.
¿Hasta cuándo compras esto
y qué vamos a comer
le dijo el hombre molesto
yo no te puedo entender.

Como compras tú cuadernos
cuándo debes invertir
en lo que vamos a comernos
para poder subsistir.

Y ella le dijo a su esposo
que todo iba a mejorar:
—Cálmate que algo sabroso
yo te voy a preparar

y le preparó quesadillas
y él se puso a murmurar:
esto es una pesadilla
cuándo esto va a cambiar?

y ese día que discutían
el banco mandó a cobrarles
la hipoteca que tenían
y vinieron a avisarle
que poco tiempo tenían
para ellos poder pagarles
que si pronto no lo hacían
ellos tendrían que embargarle
y quitarle aquella casa
donde ellos convivían
y el hombre empezó a reclamarle
por las cosas que ocurrían.

Veinte mil dólares era
lo que debían cancelar
y no tenían la manera
ni medios con que pagar.

y entonces los dos se abrazaron
se pusieron a llorar
el pasado recordaron
sin saber cómo luchar

ah cómo vamos a hacer
si el dinero has malgastado
y sólo para complacer
a tus alumnos malcriados
me acuerdo muy bien de aquel
a quien tú le habías comprado
la bicicleta que el
nunca podría haber pagado.

ella dijo lo que he dado
la vida lo devolverá
solo que tú no has confiado
en que eso sucederá.

mira el me escribió
hace unos días
una carta, puedes leer
que evoca con alegría
por siempre el regalo aquel
que yo según cambie su vida
porque lo supe querer
y yo fui su preferida
por lo que hice con él

se acercaban ya los días
para aquel pago efectuar
más con lo poco que había
No lo podrían cancelar.
no quiero irme de esta casa
porque ha sido muy especial
Dios mío por que esto pasa
nos tendremos que mudar?

así decía la docente
y ella comenzó a llorar
como dejaré este ambiente
si siempre lo voy a amar.

aquí jugó nuestro hijo ayer
dejando todo tirado
juguetes se podían ver
lanzados por todos lados
y ahora vamos a perder
este lugar tan amado
una solución debe haber
para no ser expulsados.

voy a vender mi reloj
dijo el hombre sin chistar
y la maestra dijo que no
ese reloj es familiar
voy a vender mi anillo
de bodas que cuesta más
y el hombre dijo jamás
aunque es de oro amarillo

es el recuerdo de bodas
y lo vamos a preservar
ya tú verás que todas
las cosas van a cambiar

y mientras que ellos hablaban
ya dispuestos a salir
un hombre a ellos se acercaba
y ella procedió a decir:
—Dennos solo dos semanas
para empacar y partir
y nosotros de buena gana
de aquí vamos a salir.

y el joven dijo a su ex docente
no, no vengo a desalojar
más bien he venido urgente
tan solo para ayudar.

y ella dijo como asi
¿no es usted el cobrador?
no señora estoy aquí
pero por algo mejor

yo soy jean aquel discente
que usted bien supo ayudar
y hoy es mejor mi presente

porque usted me supo amar.

trabajo en la inmobiliaria
y supe su situación
y de forma solidaria
inicie recaudación
encontré a excompañeros
que estaban en el salón
que con gran cariño hicieron
una buena donación.

se esforzaron con esmero
porque usted fue muy especial
para obtener el dinero
para usted poder pagar.
y los alumnos pasados
empezaron a llegar
y al mirarlos a su lado
ella comenzó a llorar.

Yo soy José ¿cómo está?
y yo maestra soy María
yo Miguel cómo le va
y así muchos llegarían
y cada uno traía
donaciones generosas
y cada uno le decía
a ella frases muy hermosas.

Usted fue la profesora
que más marcó nuestras vidas
y justo por eso ahora
es por nosotros querida.

usted me ayudó bastante
cuando nada yo tenía
y usted fue mi gran ayudante
cuando yo nada sabía

gracias por enseñarme
y regalarme sus horas
por eso pude graduarme
y estar donde estoy ahora.

reciba hoy este dinero
uno le supo decir
es poco más considero
de algo le podrá servir.

y otro sacó su chequera
y se le puso a escribir
y la cifra total era
de los dólares diez mil.

y jean el de la bicicleta
entonces le supo decir
su hipoteca completa
usted podrá resarcir

y le enseñó un monto en cuenta
total de las donaciones
trescientos veinte mil cuarenta
dólares sin comisiones.

y ella comenzó a llorar                                                                                                                                                                                         por tantas demostraciones
de un afecto singular
de alumnos que con acciones
le supieron demostrar
que todas sus oraciones
se pudieron escuchar
en el cielo por montones.

Y la maestra sonrió
toda llena de alegría
y su esposo la abrazó,
mientras que se sonreía
—todo esto es para mí
a los alumnos –decía.
y ellos les dijeron: si
porque Usted lo merecía
por ser una gran docente
y por hacerlos surgir
porque por ser insistente
hoy tienen buen porvenir

La maestra les enseñó
que se debía insistir
y cada uno aprendió
a sus metas conseguir

La maestra no miró
su anterior limitación
y siempre les regaló
todo su buen corazón.

Autres oeuvres par Alexander José Villarroel Salazar...



Haut