El ángel del desierto
Atravesando el gélido desierto
Me encontré con un ángel del mar,
Quien recitando canciones celestiales
revelaba napas hechas de lágrimas.
Juntos nos sumergimos en ellas,
Inundándonos de nuestros pasados,
pero al unir nuestras historias,
la tristeza se fue esfumando.
Un día conocí sus santas tierras,
Donde llegué a vivir como un dios,
Pero al volver a heladas arenas
El ángel se esfumó sin decir adiós.
Descubrí que vivía una ilusión
El gélido desierto nunca fue frío,
Si no que era un terrible infierno
Donde debía pagar por mis pecados.
Pero aprendí a usar las napas
Para poder apagar las llamas,
Y construir un celestial santuario
Que mira a las tierras del futuro.
