¿Cómo pueden adorar esa mierda?
Palabras vacías, sin alma,
ruido que se disfraza de arte.
¿Eso es arte?
Una estridencia insoportable,
una vulgaridad que llena las bocas de unos cuantos “milenios”.
Lo llaman poesía,
pero, ¿dónde está el fuego?
¿Dónde la pasión, el grito,
el alma que raspa y quema?
Eso no es arte,
es una ofensa
a todo lo que alguna vez respiró.
Y compararlos con Neruda...
¡Qué vergüenza!
Bécquer se revuelca en su tumba
al escuchar semejante barbaridad.
¿Cómo pueden llamarse genios,
si ni saben lo que es un verso con sangre?
Es solo un disfraz, una mentira pulida,
que el mercado aplaude,
lo mercantil y lo efímero.
Así que, por favor,
no me hablen de eso,
no me sigan diciendo genios,
cuando en sus letras solo hay basura,
y el arte verdadero late con venas y sangre.