Bajo el alón plumado de amplísimo sombrero,
inquieres la presencia de una altiva figura
que ha de cruzar contigo las dudas del sendero
lleno de regocijo o lleno de amargura…
Acércome a tu lado… Tu frente pensativa
del interior instante las ansiedades pierde.
Tu cuerpo agita un raro temblor de sensitiva
bajo el redondo palio de tu sombrilla verde.
Tienes algo de Londres, pero mucho de Francia:
una suma realeza y una noble elegancia
palpitan en la seda de tu vestido gris.
Yo te contemplo, absorto, y en mi entusiasmo creo
que eres una duquesa que sale de paseo
hacia las pintorescas afueras de París…