Lo irrealizable, lo imaginario o lo fantástico, es una posible utopía. Para mí,

Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.

Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.

Esa codicia... hace que cualquier reto sea pequeño.

Es como el tiempo, que plasmado en la piel, ¡se paraliza!

¡Qué no te mientan...! ¡Qué no todo son rosas! Tampoco espinas.

Suave cadencia, tibio frescor que abraza. ¡Así es mi mar! Siempre sueño con él, siempre... me pierdo en él.

El miedo late, golpea por doquier, escuece y arde. Irrita los sentidos, desvanece la vida.

¡Mi padre amado! te recuerdo y te extraño con gran nostalgia. En tu última mirada, no pude estar contigo.

Eras tres años menor, con tu risa reluciente, siempre estarás en mi mente, ¡te recuerdo con amor! Aunque todos te adoraran,

Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.

El rayo abruma y al cesar la tormenta, ¡lloran los sauces!

Soñaba con conocerles les sentía muy hermosos, con anhelo de tenerles entre mis brazos ansiosos. Mi vientre oscuro y silente

Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.

¡Abrázame! y calla. No hables, solo...