Nos amábamos en el despertar de lo… en el murmullo de los pájaros en f… en los lirios encendidos por la ta… en el otoño de palomas, en tu lech… Nos amábamos en el verdor de nuest…
Iridiscente y nocturna, inefable hormiga.
Mi corazón es un órgano del tamaño… Está compuesto de tejido de soled… Mi tristeza se transporta a toda e… El proceso de transportar la trist… Juntos, el corazón y el abandono,…
Hay cuervos en el puerto. Esperan con paciencia la llegada de los marineros que traen el cuerpo muerto del pescador. Murió hoy de madrugada, al apagarse las estrellas. Llevaba en su cue...
Mi mente era templo para los dioses, y ante ellos yo era luz y cielo. Yo era feliz. Sin embargo, siempre muy dentro de mí, escondía mis sentimientos más tenebrosos y obscuros. Hoy no h...
He visto en mis tristezas al infie… Palabras de amor de luna, Donde se vierte a las almas ternur… Que se seca antes de llegar a ella… Tan ciegas, tan apagadas.
¡Ah! Infinita interjección de dol… como la cómplice más fiel de todas… más triste que ¡ay!, más sola que… como la “y” o la “o”... Qué desalm… con cuánta desesperanza emerges de…
No hubo costilla de Adán para ti, fuiste hecha de cielo y pedazos de… de fuego y de llanto callado. Abro los ojos y estás conmigo, mi camino a la eternidad,
Dicen que en pocos años conoceremo… del hambre, de la mentira, de la s… de las almas enclaustradas en la t… de la esclavitud, de las miradas t… de la desesperanza,
La luna de trapo se ha puesto a so… la estrella de plata ya duerme e… al ritmo del grillo, la rana y el… les cantan el gato y el viejo zapa… A la luna de queso la envuelve la…
Un poeta sin tus ojos ni tu boca es un pueblo con hambre Un pueblo con hambre es tierra sin pan de versos Un pueblo sin tus ojos,
Pondré cadenas a mis pies, a mis s… a mis ganas de reencontrarte. Formaré un nudo en mi garganta par… la llenaré de lodo. Enterraré mis peces,
Hubo una vez un día que se enamoró de la brisa del mar, quien disfrutaba de volar por entre las olas y las costas de arenas color violeta. El día la había conocido desde que él era apen...
Te amaba en tu lamento, en tu murmullo, en tu engaño... Te tocaba como a fruta prohibida en tu cama, en tu mesa o en la banca de un jardín...
Escribo para los muertos, para los que ya no tienen memoria y sólo son presente; para los que sólo me escuchan y no pronuncian mi nombre.