Temple of Juno in Agrigento, by Caspar David Friedrich
El hombre imaginario

Latido a kilómetros

Otra vez esa voz...
 
¿Será mi propia voz?
¿Será quizás tu voz?
¿O será la voz de la soledad,
diciéndome lo miserable que soy en realidad?
 
“De qué sirve seguir luchando?
si por todo te estás quejando?”.
Dice gritando sin parar,
hasta hacer mi cabeza estallar.
 
Ya me tienes harto,
no sé cómo hacerte ir;
cállate una vez cada tanto,
para una sonrisa poder fingir.
 
Siempre apareces y desapareces,
como las marcas en mis brazos;
nunca espero que a mí llegues,
pero vuelves a donde marcaste tus pasos.
 
Cada vez te reconozco más,
pero nublas mi visión ante mis recuerdos;
e intento olvidar el terror que me das,
pero eres dueño de todos mis miedos.
 
Aceleras mi corazón
y de pie no me dejas estar;
de mí has arrancado mi única flor,
y tu mano aprisionante solo me logra sofocar.
 
Me pierdo entre mi propio laberinto,
y no encuentro nada para mis alas crear;
mientras creo que a la salida me dirijo,
con alas imaginarias intentaré volar.
Préféré par...
Autres oeuvres par El hombre imaginario...



Haut