No quiero recordarte como simplemente otra amante más, ni otra mujer cualquiera que pasó por mi vida sin dejar rastro alguno.

Quiero recordarte como aquella chica bella e interesante que cautivó mi atención una noche de verano en Ibiza y que en poco tiempo se adueñó de mi corazón.

Como la mujer que con pocas palabras podía causar frustraciones y tristeza pero que también con una simple sonrisa me hacía sentir totalmente feliz.

Aquella con la que pasé días muy oscuros y noches de claridad total.

Con la que pasé varios momentos de disgustos de los que me olvidaba por completo por los tantos momentos de puro placer que compartimos.

Esa chica que se sentía insegura por el tamaño de sus pechos y las imperfecciones de su cuerpo aunque a través de mis ojos yo solo veía una diosa casi perfecta en todos sentidos.

La que a pesar de yo saber que nunca se entregó a mi por completo yo amé ciegamente con la esperanza de que algún día lo hiciera.

Como la reina que adoré a pesar de que me machacaba a menudo y por tonterías.

Como una niña con un oscuro y doloroso pasado por la que estaba dispuesto a pasar el resto de mi vida haciendola feliz y ayudándo a sanar aunque fuera un poquito sus heridas.

Como mi compañera de viajes y aventuras, difícil de complacer pero que nunca cambiaria por otra por nada del mundo.

Esa loca soñadora y viajera empedernida con quien había planeado viajar a descubrir nuevos lugares en cada momento disponible.

Por encima de todo te recordaré como Esa Españolita rompe huevos que me rompió el corazón y me enseñó a vivir como nunca antes lo había hecho.