Tus labios gruesos llenos de miel son los culpables de mi deseo de escribir estas palabras. Eres hermosa, palabra que se queda corta para describir la esencia que en tu figura imperfecta escondes, poner esa palabra al lado de tu nombre no sería suficiente porque no te quita ni te pone; tú eres diferente, rara, exótica, eres tan perfecta que tus imperfecciones te complementan. Eres tan perfecta que tus imperfecciones quedan invisibles para mis sentidos: Mis oídos, mi olfato, mi gusto y también mis ojos, ojos que están hipnotizados por tu cuerpo angelical, quisiera darte abrazos, un gran beso y algo más, ¡Nunca! Pero nunca había visto unos labios tan gruesos encajar en un rostro tan bello, esa “bemba” característica de tus raíces negra, NEGRA como la noche que me acobija mientras pienso en tu cuerpo, es que tu cuerpo –y hablo con mucho respeto– es la escultura mejor hecha por el cielo y tu piel es la máxima expresión de la ternura. No sé si es esa energía que tu emanas, pero me siento bien cada vez que te hablo y eso hace que cada vez que estoy soñando o cuando estoy despierto te abrace en mis pensamientos...
Para Lola