Llegaste tú, ternura que empalaga, pétalo frágil. ¿Por qué eres tan fugaz si te prefiero así?
Complicidad de latidos y savia. Vientre fecundo portador de Esperanza... ¡El milagro de Dios!
Besa sin prisas mi desembocadura.., descubre entonces la piel inexplorada y arrebátame el ser.
Surgiste de una caricia y demandas muchas más. Sé que soy privilegiada por reflejarme en tu mar, por tenerte en mi regazo
Paso las horas en el rincón de sueños, en mi delirio. Para que seas un hábito, para amarte sin más.
Bate sus alas con soberbia triunfal. Reina el silencio: Hay pasión que perturba... y una niña detrás.
Si me rozases... le prendo fuego al mar. Así de simple.
PIENSAS... que la vida es muy c… que uno muere cada día, que aquel átomo no está. DICES... que nadie quiere estar… pues se acrecientan los miedos,
Cuando tu aliento acaricia mi oreja.., embriagador, y no median palabras... ¿me invitas al placer?
Danzan ardillas, armoniza el sinsonte y ríe el sol. Todo se torna mágico si ella toca la flauta.
Varias palabras absurdas, un café que se deshiela, día plomizo o soleado, se escucha a un gato maullar... La midriasis les delata
Nos rigen ciclos que se antojan eternos. ¡Busca el valor! ¿Hogar? ¿Pasión? ¿Trabajo? Solo vuelve a empezar.
Cuando parece que revientas de amor, ¡aún das más..!
Tú, ¿dónde estás? Tan solo encuentro sombras en mi nostalgia, y necesito más. Por ejemplo, que vuelvas...
¿El mar? ¿El cielo? ¿Zafiros? ¿Unicornio? Miranda mía: Dios creó con delicia tus ojos infinitos.