Una mañana desperté y sentí que ayer no había tenido un buen día, me sentí solo, vacío, sin motivos y esperanzas de comenzar de nuevo.
Jamás disfrruté tanto un cigarrillo como esa mañana, un mal tan ansiado cautivaba en mi la sola razón de continuar aún vivo, y aún así, sentía que todo había terminado en mi vida.
Cuantos sueños quedaron por cumplirse, cuánta lucha, cuanto sacrificio, y hoy siento que ni el amor fue demasiado para sanar esta angústia que me oprime el alma, que ni los recuerdos te reviven en mi soledad.
Alguien me dijo una vez, que debía de construir los simientos de mi casa en tierra firme, y recuerdo que tú me decias, “nunca habrá nada más firme que los simientos de lo vivido”, y que razón que tenías.
Pero quiero que sepas que mi lucha aún continua, por todo lo que me a enseñado tú presencia en mi vida y tú falta en mis días. Hoy puedo volver a soñar, y dejar escrito en tu memoria un día mas para vivir.