Horas calladas de fuego oculto,
donde el cielo suspira un azul incierto.
Los días llevan murmullos rotos,
eco distante de un ayer desierto.
El viento juega con hojas cansadas,
caminos vacíos te buscan sin fin.
La luz se oculta tras velos de nada,
y el tiempo avanza, pero es sutil.
Tu ausencia pinta las nubes de gris,
un lienzo inmenso que no logro llenar.
En cada rincón queda un matiz,
de tu mirada que quiso volar.