Bajo un cielo teñido de nostalgias,
donde los ecos no saben callar,
yacen memorias de audacias gastadas,
de sueños que nunca quisieron durar.
La risa furtiva, la mano que tiembla,
un mundo inventado en suspiros fugaces.
¿Fue amor o un juego de almas pequeñas?
¿Un espejismo que el tiempo deshace?
Tardes de humo y palabras truncadas,
donde el coraje se quiso esconder.
El alma vibraba, mas no se atrevía,
y el ayer nos mira, queriendo volver.