Poema de un caracol muy romántico y feliz. Se pasea por las flores y agradece por la vida. Encuentra a quien saludar, y le da temor y otros que le alegran el corazón, como el grillo cantor. Al caracol no le pesa su caparazón, es su hogar y refugio. Que gran lección nos da una criatura tan pequeña y al parecer del mundo, tan insignificante. Es el vivo retrato de nuestro viaje por la vida, y deseo que cada día tenga tan gran final.