El cielo te sonríe con mágico fulgor,
y el tiempo se arrodilla rendido en tu presencia.
Amalia, en tus ojos destella un vivo amor,
un faro que ilumina tu nobleya y tu esencia.
Treinta y dos primaveras se visten de jardín,
sus pétalos hermosos coronan tu destino.
Tu vida, como un río de aguas claras y sin fin,
fluye con armonía, serena en su camino.
Tu risa es la mañana que alegra al corazón,
tu voz, un suave canto que calma y embelesa.
En ti la luna encuentra su más fiel inspiración,
y el sol te da su fuego que siempre te embeleza.
Hoy el mundo celebra tu paso sin igual,
y el viento lleva lejos tu nombre con ternura.
Que siempre el universo te brinde un bien total,
y en ti florezca siempre la vida con dulzura.