El último día que vivo en una casa extraña
El último día que vivo en una casa extraña.
Forastera, como todas las casas donde viví.
Habiendo llevado a las pupilas al refugio de la palma,
el frescor del día brilla como calor.
La belleza de la tierra es el descuido de la perfección.
Papel en blanco.
Sé que debería
ser feliz en esta hora de felicidad.
Pero nuevamente el alma está en silencio y en pobreza.