(2007)
#EscritoresChilenos
Cólera de amar, apodera mi instrumento creativo uniendo o disgregando, creando o destruyendo, en la ansiedad de la muerte
No te sea dado el movimiento de los piélagos en fuga, del aire inasible no extraiga tu sed de vivir su sustento, no salga a estallar de la tierra
Su nombre pétalos rotos que ni la voz ni la tinta. Del tiempo, como mis días, y también sus pasos, como si luz ofuscada
Quien hable por ti desde ti mismo, y diga las cosas en el dialecto de tus criaturas,
El día abierto de par en par, arrojando su luminosidad de novia intacta centelleante, de doncella cada día en flor, cada día iluminándome
Déjame tocar tu piel y quemarme, déjame acariciar tu cuerpo con mi mirada de varón en celo trepando las gradas de la fiebre, consumido en tus besos de piedra.
Mientras mis soldados de plomo asedien tu torre inexpugnable, y ya no levanten el sitio así pasen cientos de inviernos, o tú misma ante mí de rodillas,
Ocurra una flor inédita, ocurra su inédito perfume desde el útero de las cosas, una mariposa arrebolada en un color de inextinta llama,
Agonizante al borde de terribles enfermedades, acosado por bestias de extinta prosapia, íntegro en la desnudez
Moriremos en otoño los poetas amortajados de niebla en la desnuda intemperie de calles al amanecer, de calles cruelmente vacías
Todo suceda de un modo que acorral… en una región de ciegas luces inve… donde un hálito letal sople, circu… lo desatado que llevo y galopa sol… Lo cruento sobre el aire de la atm…
Difícil la percepción del latido del agua materna en las raíces, cuando ya la boca adiós al pezón, y la mala leche fluyendo a raudales desde el exilio,
Algún día de los días de la tierra, algún día del tiempo terrestre, cruzaremos la niebla
Unción de lágrimas silvestres, unción de humedad e intemperie para este íncola monacal, para este acólito de dríadas y deidades agrarias ocultas
Cuando vuelva a casa Madre me abrirá la puerta, y quedará frente a mí como una estatua viviente. ¿Qué le diré a Madre