(2011)
#EscritoresChilenos
Su nombre pétalos rotos que ni la voz ni la tinta. Del tiempo, como mis días, y también sus pasos, como si luz ofuscada
Tú el amor, esposa, tú la habitación terrestre,– el ot… Tú la morada, el leño, el fuego y su crepitar, el humo y sus volutas,
Cualquiera que a la adolescencia de los heliotropos, cualquiera que su aprendizaje de agrario habitante atento al rocío,
Quien hable por ti desde ti mismo, y diga las cosas en el dialecto de tus criaturas,
Todo suceda de un modo que acorral… en una región de ciegas luces inve… donde un hálito letal sople, circu… lo desatado que llevo y galopa sol… Lo cruento sobre el aire de la atm…
Desde el interior de los años que el tiempo arrolló, transcurrie… desde el interior del ser adonde las cosas huyen y esperan como fieras, agazapadas,
Mientras mis soldados de plomo asedien tu torre inexpugnable, y ya no levanten el sitio así pasen cientos de inviernos, o tú misma ante mí de rodillas,
Déjame tocar tu piel y quemarme, déjame acariciar tu cuerpo con mi mirada de varón en celo trepando las gradas de la fiebre, consumido en tus besos de piedra.
Cuando vuelva a casa Madre me abrirá la puerta, y quedará frente a mí como una estatua viviente. ¿Qué le diré a Madre
Difícil la percepción del latido del agua materna en las raíces, cuando ya la boca adiós al pezón, y la mala leche fluyendo a raudales desde el exilio,
Unción de lágrimas silvestres, unción de humedad e intemperie para este íncola monacal, para este acólito de dríadas y deidades agrarias ocultas
Días de denodado silencio, días de mudez perpetua sumergido en un obscuro pozo de aguas inmisericordes, rodeado de muertas campanas.
Lo mismo me devuelva el vino que dejé allí, olvidado, cuando alguna vez mis pasos en ella se detuvieron, en ella, tarde, se buscaron
Cólera de amar, apodera mi instrumento creativo uniendo o disgregando, creando o destruyendo, en la ansiedad de la muerte
Hoy las seis de la obscuridad del señor otoño, hoy las tardecida y tantas de su rodaje humedad, y nadie sonoridad,