Esta ves, vengo con manos vacías...
vengo con la conciencia otra vez dañada....
las adicciones han vuelto....
han destrozado de nuevo a mi corazón....
tentaciones malditas que no se van....
irá infinita que siempre esta...
el indigente calma al poeta con profundas aspiraciones de humo....
el poeta sigue clamando a su creador.....
Que hemos hecho para merecer tanto dolor....
soledad y vació, maldito sea el momento en el que la deje entrar...
ahora ya no sabe a donde mas ira, no conoce mejor lugar que anidar.....
Sigo siendo mitad y mitad, ninguno quiere morir y ninguno quiere vencer.....
que debemos pagar, debemos recurrir siempre a los recuerdos inmundos....
Esa es la fría verdad, la mierda nos llena hasta el cuello...
y ya no sabemos en donde mas escondernos....
solo el verso y la tinta nos anestesia lo suficiente para no comernos...
las pocas zonas blancas que nos quedan en el alma....
esa es la realidad de la persona que aquí descansa....
lleno de vicios de malas vivencias, no por que le haya faltado el pan, si no por que decidió perderse en la pura oscuridad....
su luz se extingue en cada respiro, en cada estallido....
desea saltar y no regresar mas....
pero que seria de aquella dama sincera que aun nos espera...
¿si, nos espere? o se habrá cansado de estar con la puerta abierta.....
sera que alguien mas ya la encontró y a mi me queda solo el dolor......
Esa es la pregunta permanente, el indigente mendiga cariño y el poeta exige lo mismo...
eso es la puta miseria, de este pobre escritor,, que debes en cuando, olvida su mascara y se hunde en su dolor.....
sin mas que lamentar buena noche querida ciudad.....
Att: el indigente y el poeta, En sincera desesperación