Sangre
Cualquiera de sus pensamientos, todo lo que lo estimula,
tiene filo propio; con soltura te haría sangrar.
La misma sangre que está pisando ahora, la bebió, la cató una vez o dos.
Sólo la lluvia podrá lavar pies y manos, y el sucio suelo que caminaban.
Ahí donde reposan sus espaldas, empapadas por el plasma,
en lugares diferentes, por razones incongruentes.
Lo rosado de sus labios, bordó.
Lo diáfano en sus mejillas, gris y cintilante.
Lo verde de sus ojos en una botella vacua.
Lo oscuro de su pelo, por toda la habitación.
Vos y yo nos oscurecimos mirando por la ventana, y la noche no trajo tranquilidad ni valor.
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