En el patio esta su bicicleta
La que usó aquella noche
Para jugar entre los baches
De la arqueta
Pero tú sabes que ella en realidad ya no jugará mas
Ochenta días han pasado
Y su recuerdo que seguirá hacía atrás
Posees un corazón que no supo lo que era el ahorcado
Jugabas con las niñas de corazón elástico
Pero un día la encontraste
Una compañera de corazón estático
Una igual a ti, una presión constante
Jugabas con ella
Y ella reís y jugaba contigo
En ochenta días ella se fue, una carta y su perfume de azucena
Ella asumió el juego del simio
“Ahora eres tú el de corazón elástico”
Ella escribió, en esa hoja verde
“Te di ochenta horas y días al lado de mi corazón estático”
Ella susurró ante este ente
Fallé, susurras a tu corazón, el cual elástico es ahora
Ahora miras su bicicleta
Y sus ropas de Angora
Aprendiste a vivir sin verla encima de tu cuerpo de atleta
Pero no por ello olvidaste a la reina de los juegos
Tu demonio en tierra aún vivo
Aprendiste a ser un niño sin acuerdos
Y los ángeles se ríen de tu ente, de tu mimo
Lloras ante sus recuerdos
De solo ochenta días
Morirás sin sus besos
Y aspirarás las ventiscas, por idas
Aún resuenan sus palabras en tu cabeza
Aún temes verla y sentir algo por ella
“Ahora eres tú el de corazón elástico”
“Te di ochenta horas y días ante mi corazón estático”