Y hubo una epidemia de tristeza en Bogotá
Poemario: Aquí y en todas partes.
Me he quedado con nada, he estado escasa, desocupada, deje las ventanas y puertas abiertas... me han robado todo, si se hubieran podido llevar las baldosas, las paredes y el techo me las hubieran arrancado, me hubiera dado cuenta tarde, dejé todo abierto y me fui, desprevenida, despistada, con la cabeza monocromática y estripada en un mismo segundo que se repite una, otra, otra, otra, otra, otra, otra vez, ¿sabe?, me cuesta eso de sentir y soy exactamente similar y compatible con una nevera o una lavadora, que cumplen su función y su ciclo en la monotonía pero nunca están enteradas del porque lo hacen, algo así estoy yo pero de carne y sin garantía, nada me aflige, nada me parece un gran acontecimiento, nada me llena, nada me vacía, nada me duele o quizá esta muy atorado en un hoyo profundo y debo escarbar.
Estoy en obra negra le dije, cuando ni siquiera me había empezado a construir, siempre en estado de alquiler, estuve en su casa y me la apropie.
Creo que empiezo a sentir cuando cierro los ojos y está no es mi realidad, cuando no tengo nombre, cuando hago y no tengo que justificar, cuando pienso sin preocupación, pero... estoy bajo llave en el mundo y necesito salir, no soy de acá, llegué por equivocación, mi compatibilidad humana es escasa, soy incompetente siéndolo, no cumplo y me place no hacerlo, estoy en obra negra le dije poniendo el primer ladrillo.
