La verdad es una mordida
en el hombro izquierdo,
un, ya para que tener miedo,
y saborear la luz, con tu humor negro.
Me encanta tus ojos de luciérnagas en vela.
La forma en que conspiras,
dominio en mis venas.
Todas esas cosas que te conforman.
Dulce cáliz en mi boca.