Como Casandra yo escuché tu paso en las baldosas de la galería. Como ella, adivinaba yo en los día… y en la voz recurrente del ocaso lo que ocultabas y conozco tanto.

SI llevaran las lágrimas inscript… verías que no lloro, como parece,… si fueran piedras, vidrios grabado… verías el favor que me hacen al co… con perfección y cuánto.

Los delfines no juegan en las olas como la gente cree. Los delfines se duermen bajando ha… ¿Qué buscan? No sé. Cuando tocan el fin del agua

Del jardín se alejaba y volvía, aquella tarde, el cascabel de un c… Lo escuché todo el tiempo, hasta l… Como un recuerdo ya me entristecía… Subí a las barrancas del poniente

A veces te contemplo en una rama, en una forma, a veces horrorosa, en la noche, en el barro, en cualq… mi corazón entero arde en tu llama… Y sé que el cielo entre tus labios…

Cuando perdida vago entre sombrías piedras sin luz y sin admiración llego arrepentida a tu mansión, a tus secretas y hondas galerías donde me espera lo que me ofrecías…

Lo único que sabemos es lo que nos sorprende: que todo pasa, como si no hubiera pasado.

Si la verdad se vuelve una mentira… si se vuelve dolor la dicha aviesa… si se vuelve alegría la tristeza con sus falsas promesas cuando exp… si la virtud a la cual en vano asp…

Transformará Minerva tus cabellos en serpientes y un día al contempl… como en un templo oscuro, con dest… seré de piedra, para amarte.

No vengas, te conjuro, con tus pie… con tu vetusto horror con tu conse… con tu escudo brillante con tu esp… con tu verdor insólito de hiedras. En aquel árbol la torcaza es mía;

Caminábamos lejos de la noche, citando versos al azar, no muy lejos del mar. Cruzábamos de vez en cuando un coc… Había un eucalipto, un pino oscuro

En el verano de un balcón, en Fra… mirábamos los cedros extranjeros y un demasiado azul en la distanci… lago, lejos de ceibos y jilgueros. Nos gustaba una patria más vacía:

Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día; es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva que en lugar de disminuir los detalles los agranda. Envejecer es no pod...

Llego como llegué, solitaria, asus… a la puerta de calle de madera enc… Abro la puerta y entro, silenciosa… Los muros y los muebles me asustan… Subo los escalones de mármol amari…

Él, que paseaba un día coronado de flores de durazno y de cerezo, el triste Okinamaro como un preso a la isla de los perros fue expuls… Cuando volvió al palacio oscuro, h…