De «Un (casi) poema (malo) al día»
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
Me da lástima tu sangre cuando cor… sin ritmo ni prosa hacia cualquier… Me doy golpes de pecho por no pone… vieja y desportillada para que no… La otra noche tu muerte me importo…
—¿Qué haces? —Intento arreglar algo que rompí —¿Juntaste los pedazos? —No. —Entonces aún no necesita arreglo.
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
Una bestia de siete cabezas me habita y, como es natural, cada cabeza tiene su propia dieta. La que más vigilo
duele mi costado algo sale de mi pecho soy yo en otro cuerpo
Gano dinero de mil maneras pero no haciendo poesía. Estoy a salvo. Por ahora.
La noche en altas dosis envenena.
Un escritor joven me escribe para… (como si yo fuera quién para darlo… qué viejo estoy para la industria… Mi respuesta es pública, joven esc… hay buenas noticias para ustedes,…
luego de siglos haciendo versos
Vivimos tiempos difíciles, ser uno mismo es la revolución.
Soy un animal defectuoso: escribo y leo, pienso y actúo. Pero tengo un problema mayor: el animal preferido de dios es el…
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.
Voy por buen camino [no sé para dónde voy.
seguir reglas pero si están