De «Un bicho cayendo con épica agonía»
El día de la madre, de mi madre, e… Ella me enseñó a ser lector, y a r…
usted no necesita presentación aunque no le sobre, don nica y perdone que lo llame así pero es así como usted se llama como sea, y aunque fuera mejor que…
Desperté con la mitad de los ojos.…
No importa cuántas horas pasen entre poema y poema. La poesía no sabe leer el reloj.
Soy poeta y no tengo remedio. Ni quiero tenerlo. Soy poeta, y es irremediable:
al innumerable grupo de enfermedad… hoy no felicitaremos porque no hab… ni tiempo suficiente si se le toma… por ejemplo, y perdonen lo aleator… podríamos felicitar al síndrome de…
En algún lugar sin nombre, sin mapa, estoy esperándome. El lugar es adentro de mí y cada vez se aleja más de donde e…
No tengo dónde anidar el mundo es cada vez más plano.
lo bueno de que toda la industria… esté más encochinada que la de las… la farmacéutica, aunque la otra ta… es que si usted, hombre de corta e… recibe el balón y está inspirado p…
Quienes me ven en la calle no sabe… Aún no es hora de encerrarme.
Por poeta, creo, vivo rogando. Con el mazo dándome y rogando no ser poeta.
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
La señal del cosmos se trenza en e… para que yo, grillete último, líe… lo emancipe y lo vislumbre, vuelto un trapo, inmundicia, y con el pesado parpado,
Hubo un tiempo en que los hombres fueron dioses y dominaron todas las artes y las ciencias de forma misteriosa e inmisericord…
Desperté dentro de Sergio Marente…