De «Un bicho cayendo con épica agonía»
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
una palabra por vez y
¿qué me va a decir, pequeño genio? ¿Qué la efe es el grifo del abeced… ¿que el libro es un pájaro con más… ¿qué venecia es el sitio en que na… ¿qué el cometa es una estrella a l…
con la mano izquierda escribamos a… en honor a los zurdos, en contra d… o usemos hoy nada más que el lado… imaginemos con el zurdo músculo in… no perdamos la ocasión, seamos zur…
al innumerable grupo de enfermedad… hoy no felicitaremos porque no hab… ni tiempo suficiente si se le toma… por ejemplo, y perdonen lo aleator… podríamos felicitar al síndrome de…
La poesía, esa pobreza. Se garabatea durante mil años y se… o en menos, en un segundo, sin lee… se lee en un segundo y no se adivi… La poesía, esa mezquindad.
La vida es estratégica y regresa, siempre y sin falta, cuando me estoy muriendo.
No importa el lado de la puerta que nos vea. El afuera siempre está adentro.
—¿Estudias o trabajas? —Soy escritor.
Por personas como tú hay personas como tú.
seguir reglas pero si están
lo comprendo tarde la vida lo era todo nada más
señor pasajero, si su avión no se… se lo debe a santa bona de pisa aunque en los aeropuertos no se ha… y los que aterrizan regresen al at…
animal de siete cuerpos contaminad… derrotados por la pérdida de sí mi… ojalá haya guardado en un cajón fo… y todas las pruebas de sus triunfo… para cuando sus hijos crezcan
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.