Yo escribo para ti, para complacer mi alma.
Escribo para romper murallas,
que se interponen en el camino y desvían tu mirada;
exploto palabras para fabricar ideas
que alcance la sutil esencia de la libertad, y se revelen ante lo injusto... La discriminación.
Yo no escribo ni mucho, ni poco, escribo lo suficiente para complacer al sentimiento cuando estoy pensando en ti...
Y no es que solo tu me inspires a escribir,
pero desde que te vi,  musa rebelde de cabellos dorados,
me perdí en tu mirada clara y me fundí en tus principios;
pues no basta ser científico para sentir la euforia que se siente al encontrar algo maravilloso,
ni es necesario ser un sabio para comprender el misterio que oculta tu curioso espíritu.
Yo escribo para ti, para deleitar mis palabras con tus virtudes;
Pues tus virtudes son un reflejo de liberación y lucha contra lo injusto;
Oh! Mujer de mente firme y piel suave como franela,
Si te escribo y te describo agotado y sin control, es porque creo haber encontrado algo en común; en común como cuando se funden las llamas y serafina de las velas. Así se fundieron mis pensamientos con tus ideas  y mis palabras describieron la más bella poesía.