Ese desierto que inunda su alma
esa montaña sin sol
esa nube que dibuja su rostro y
refleja el recuerdo eterno de un amor no correspondido.
Su corazón enfrascado en oro
no sentía el latir de tus venas,
la dejó partir con su rencor
y no le importó su dolor.
Los años cubrieron de nieve su cabello
y esos pliegues en su frente
encierra su arrepentimiento
de no haber vivido un amor de pasión
por una vana ambición.