Tulipán marchito,
con pétalos intoxicados de veneno,
tu aroma es igual a la miel,
dulce y empalagoso,
tan exquisito cómo la muerte.
Flores repulsivas y nauseabundas,
creadoras del amor, pasión y locura;
solo quiero dejar de florecer.
Destrózalas,
quémalas,
pulverízalas,
olvida que alguna vez fueron mías.