La Habana, Londres, Fez, Venecia… Nápoles, Buenos Aires, Sinaloa, Guanajuato, Madrid, Gijón, Menor… Ronda, Donosti, Marrakesh, Lisbo… Cádiz, Granada, Córdoba, Sevilla…

De verde samurai Buda en jarras encela al minotauro que le embiste y acuarela el betún de las pizarra… con tiza duermevela que no existe. No hay rojo menos gris que una mul…

Llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la ciudad compró

Cuando le dije que la pasión, por definición no puede durar ¿como iba yo a saber que ella se iba a echar a llorar? no seas absurdo me regaño,

El juez justo y severo cada noche devuelve la toga y la ley al baúl y en la barra del “Angel Azul”, con un Chivas con hielo,

La ciudad donde vivo ha crecido de espaldas al cielo, la ciudad donde vivo es el mapa de la soledad. Al que llega le da un caramelo

Tendrías que haber visto el careto… el día de mi primera comunión. Disfrazado de contraalmirante y re… no veas cómo era el cante que iba… Cuando el párroco se inclinó hacia…

Como fumo demasiado mi voz se empieza a quebrar, sueno tan desafinado: si—do—re—mi—fa—sol—la, Vivo del cáncer a un paso

LXXXV El moño, las pestañas, las pupilas… el peroné, la tibia, las narices, la frente, los tobillos, las axila… el menisco, la aorta, las varices.

No soy un fulano con la lágrima fácil, de esos que se quejan sólo por vic… Si la vida se deja yo le meto mano y si no aún me excita mi oficio,

Llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la ciudad. Compró

Despojóse la flor de las poblanas de su huipil (¡qué par de dos poet… vas a dejar al sup muerto de ganas… le dijeron mis canas a sus tetas. Con primor artesano había rizado,

Esta es la canción de las noches p… que se canta al filo de la madruga… con el aguardiente de la despedida… por eso suena tan desesperada. Ven a la canción de las noches per…

Aquel año mayo duró doce meses tú y yo acabábamos de nacer y un señor muy serio moría del dis… en la primera página del ABC los claveles mordían a los magistr…

Borja, como te ajogues te mato. Termínate primero el melón, Y luego las tres horas de la diges… Hay que ver qué mal rato, Pero el niño no me quiere comer,