Capitán y marinero.
Desvisteme, con tu mirada
hazme, el amor una y mil veces
poseeme, hazme tuya
al calor de la hoguera
que nos está quemando.
Dame eso
cuantas veces sea necesario,
entra, que mi cuerpo está libre
expedito está mi mar
para ser surcado.
No te detengas
no hagas pausa,
sigue y sigue remando
por los contornos de mi piel
que sumisa se te va entregando.
Mi capitán, estoy a su mando
diga usted
lo que está deseando,
yo, una simple marinero
a sus ordenes estoy,
en todo caso.
Calma el fuego que has avivado
o atizalo, si es necesario,
con el tizón en tus manos
marca mi piel,
deja señal de tu paso.
Las ropas no hacen falta
solo sobran,
vistámonos de desnudes
que es el atuendo perfecto,
mostrémonos tal y cual somos,
que no sea la timidez
la que nos deje tirados, frustrados.
Ámame, tócame, bésame,
llega donde has imaginado,,
expediciona, entre mis ropas,
entre mi piel,
que te está esperando.
Cava hondo en mi isla
hazla tu guarida,
quédate allí cobijado,
entre pétalos de rosas
entre el aroma a pasión
que ella está exhalando.
Se libre mi capitán,
tu mirada lo está deseando,
mira bien que esta esclava
nada, nada, te está negando.
Ser el dueño te ofrezco
de mi jardín y mis prados,
toma lo que te apetece,
no te niegues a disfrutarlo.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
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Chile