Yo en mi lecho de abrojos
«Yo en mi lecho de abrojos,
tú en tu lecho de rosas y de plumas;
verdad dijo el que dijo que un abismo
media entre mi miseria y tu fortuna.
Mas yo no cambiaría
por tu lecho mi lecho,
pues rosas hay que manchan y emponzoñan,
y abrojos que a través de su aspereza
nos conducen al cielo».