Mi noche, mi oscura y triste noche… Fugitiva del alba. ¿Cuánda acabará tu rabia contra mi desgarrada alma? Por favor, cesa tu guerra.
Pase lo que pase siempre habrá una grieta por donde se filtre la esperanza.
La distancia y el tiempo jamás fueron impedimentos para mi querer. Por eso, te querré toda la vida, incluso, toda la muerte.
Todo ese sufrimiento y desdicha prolongados en el tiempo fueron justificados por ese instante de felicidad.
Jamás será desperdicio detenerse y oír los susurros del corazón.