#Españoles #Generación27 #SigloXX
¿Te acuerdas de aquella copla que escuchamos aquel día sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía? Pero qué estilo, qué duende,
Me tropecé contigo en primavera, una tarde de sol, delgada y fina, y fuiste en mi espalda enredadera, y en mi cintura, lazo y serpentina… Me diste la blandura de tu cera,
Decir “te quiero” con la voz velad… y besar otros labios dulcemente, no es tener ser, es encontrar la f… que nos brinda la boca enamorada. Un beso así no quiere decir nada,
—¿De dónde vienes tan tarde? ¡Dime, di! ¿De dónde vienes? —Vengo de ver unos ojos verdes como el trigo verde. El sueño juega y se esconde
Al Museo de Sevilla iba a diario Juan Miguel a copiar la maravillas de Murillo y Rafael. Y por las tardes, como una rosa
Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa
El día trece de julio yo me tropecé contigo. Las campanas de mi frente, amargas de bronce antiguo, dieron al viento tu nombre
Siempre pegada a tu muro y al filo de tus almenas; siempre rondando el castillo de tu amor; siempre sedienta de una sed mala y amarga
Necesito de ti, de tu presencia, de tu alegre locura enamorada. No soporto que agobie mi morada la penumbra sin labios de tu ausen… Necesito de ti, de tu clemencia,
Yo de vestíos no entiendo, pero... ¿te gusta de veras ese que te estás poniendo? Tan fino, tan transparente, tan escaso y tan ceñío,
He comprado tres puñales para que me des la muerte... El primero, indiferencia, sonrisa que va y que viene y que se adentra en la carne
De laurel, no de acero, con falda de campanas y cristales, la torre es un arquero cuyos leves puñales aun mojados de rosas son mortales.
Me acordaré de ti todas las noches a las once!... En la plaza sin luna de tu ausenci… pronunciaré tu nombre con el mismo temblor del primer dí…
«Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita,
Hubiera podido ser hermoso como un jacinto con tus ojos y tu boca y tu piel color de trigo, pero con un corazón