#Andaluces #Españoles #Generación27 #PremioNobel #SigloXX
Madrid, corazón de España, late con pulsos de fiebre. Si ayer la sangre le hervía, hoy con más calor le hierve. Ya nunca podrá dormirse,
¡Arriba, trabajadores madrugadores! ¡En una mulita parda baja la aurora a la plaza el aura de los clamores,
Buscad, buscadlos: en el insomnio de las cañerías olv… en los cauces interrumpidos por el… No lejos de los charcos incapaces… unos ojos perdidos,
Decidme de una vez si no fue alegr… 5 x 5 entonces no eran todavía 25 ni el alba había pensado en la neg… Yo te juro a la luna no ser cocine… tú me juras a la luna no ser cocin…
Tú mi vida, esta noche me has borr… del corazón y hasta del pensamient… y tal vez, sin saberlo, me has neg… dándome por perdido ya en el vient… Más luego, vida, vi cómo llorabas,
Niebla», tú no comprendes: lo cant… el tabaco inocente, tonto, de tu m… los largos resplandores que por el… al saltar, rayo tierno de brizna d… Mira esos perros turbios, huérfano…
«No vine a ti para alabar la niebla que te difumina ni esa escarcha que te hace entrar en una caja cristalina. Ni vine a ver cómo se clava
Un sueño sin faroles y una humedad… pisados por un nombre y una sombra… No sé si por un nombre o muchos no… si por una sombra o muchas sombras… Reveládmelo.
«Cuando desembarqué en Buenos Aires, no sé si ya lo conté, lo hice después de presenciar lo que se llamó luego la batalla de Punta del Este, entre la flota británica y el Graff Spee, un...
Marinerito delgado, Luis Gonzaga de la mar, ¡qué fresco era tu pescado, acabado de pescar! Te fuiste, marinerito,
Entraña de estos cantares: ¡Sangre de mi corazón, tarumba por ver los mares! El mar. La mar. El mar. ¡Sólo el mar!
Toma y toma la llave de Roma, porque en Roma hay una calle, en la calle hay una casa, en la casa hay una alcoba, en la alcoba hay una cama,
Hay vino, Nicolás, y por si fuera poco para esta nalga de porcino, con una champaña que del cielo vin… hay los huevos que el chancho no t… Y con los huevos, lo que más quisi…
Rosa de Alberti allá en el rodapi… del mirador del cielo se entreabrí… pulsadora del aire y prima mía, al cuello un lazo blanco de moaré. El barandal del arpa, desde el pie
«Me despierto. París. ¿Es que vivo, es que he muerto? ¿Es que definitivamente he muerto?