Benjamín Fresu

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No había nada de cierto,
ni en las palabras ni en tus anhelos,
eran mares de cuentos,
tan bien contados,
todos desiertos.
 
Vivo muerto por dentro,
Se ríe el siglo, me río enfermo.
 
Luego después de muerto,
sueño despierto... un largo eterno.
 
Renacido, soy yo de nuevo,
el mismo tipo,
un bucle inmenso.

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